Este fin de semana he estado en A Fonsagrada, donde se ha celebrado la "I Feria Medieval". Los hombre del pueblo se han convertido en guerreros y cortesanos, y las mujeres se han vestido de nobles y campesinas, transportando el pueblo al siglo XVI.

Independientemente de la feria que aconteció este fin de semana, los que conozcan la villa posiblemente sea debido a su fama gastronómica cuya especialidad y excelencia es el pulpo. ¡Riquísimo! Totalmente recomendable, para el que no haya tenido el gusto.

Otra característica por la que siempre ha sido conocida A Fonsagrada es por el ambiente de fiesta nocturno. La gente que vive en los pueblos de los alrededores siempre a ido a salir de fiesta a la villa  (desde tiempos inmemorables :P) Creo que tenía el record en número de bares por metro cuadrado, y si mal no recuerdo, se llegó a contar, aproximadamente, cincuenta bares en el pueblo.

Todos los que tenemos familia en A Fonsagrada y que vamos frecuentemente, al igual que la gente que vive allí o en los alrededores, hemos ido viendo, por desgracia, como cada vez son menos las personas que hay en el pueblo, en los pubs por las noches, en los días de feria (que son el primer y tercer fin de semana de cada mes). Incluso en días señalados, como por ejemplo Navidad, Semana Santa o fiestas patronales, entre otros, donde no cabía ni un alfiler en ningún local ni en ninguna calle, ahora se puede ver que no es ni la sombra de lo que era, ya que hay menos gente.

Sin embargo la cosa cambia cuando se hace algún evento como el de este fin de semana. A Fonsagrada se llena de gente. Iniciativas gastronómicas o culturales como en este caso ha sido la "I Feria Medieval" (o lo son la "Feira do butelo", "Corpus Christi", etcétera) son un reclamo que funciona muy bien. Sin olvidar el aumento de visitantes que llegan con intención de hacer turismo rural y que ocupan el reducido número de alojamientos de este tipo que existen.



Esto último hace reflexionar acerca de por donde podría ir el futuro de las villas de este tipo, que como en el caso de A Fonsagrada, no cuentan un sector industrial que produzca ingresos al pueblo.

Da pena ver como se va reduciendo el número de personas cada fin de semana, cuando existe potencial más suficiente para hacer del pueblo un referente de turismo rural, gastronómico y cultural.