Una de las obsesiones de esta época 2.0 en la que vivimos parecen ser los followers. Sígueme y te sigo, ya no me sigues! :O pues corto contigo. Un resumen genial que comparto completamente es el realizado por el gran Alfonso Alcantara @Yoriento en su página "Las 10 verdades del barquero sobre Twitter"
Las redes sociales aumentan tu visibilidad pero no tu ‘interesantibilidad’. Parafraseando a @edans.
El tamaño no importa si eres grande. Dicho de otra forma, el tamaño siempre importa, lo difícil es determinar para qué.
Un buen profesional tiene el perfil de followers que ha decidido tener, no necesariamente el número de followers que merece tener. Tener más seguidores no te hace mejor profesional, pero sí un profesional con más recursos potenciales. Otra cosa es qué haces con ellos.
Si tu objetivo en Twitter es profesional, lo importante son los clientes que consigues, no los seguidores y las estadísticas. En palabras de @alfonsoromay, “quien se obliga a mantener Klout no tiene influencia, es influenciable.”
Si quieres tener más seguidores, dale cariñito a los que ya tienes. La calidad y el prestigio a medio y largo plazos tienen que ver mucho más con los contenidos y la conversación que con el marketing.
Las redes sociales son meritocráticas pero sobrevaloran dos habilidades: la gestión de contenidos y el networking online. Los grandes profesionales son ‘penalizados’ en la Web 2.0 si no saben seleccionar y compartir información de interés y/o no cuentan con apoyos en las redes.
Sin un blog eres un homeless digital, todo el día tirado en las redes sociales. Aunque elijamos Twitter para estar al día, sin Google Reader eres un indocumentado 2.0 ;-)
Seguir a alguien puede ser una cuestión de empatía, decidir leerle es una cuestión de interés. Y son dos objetivos diferentes, relacionados por un lado con el networking y las relaciones, y por el otro, con los contenidos y la relevancia.
Nuestros followers dicen quiénes somos; nuestros followings, lo que queremos ser. O, dicho de otra forma, las personas a quienes seguimos muestran lo que queremos; aquellas que nos siguen, lo que damos.
Muchas personas que dicen que en Twitter no hay normas, son las mismas que critican qué y cómo tuitean los demás. Un pringao no es quien persigue metas (supuestamente) inalcanzables o absurdas sino quien critica los objetivos ajenos en lugar de perseguir los propios. También en las redes. Vive y deja vivir, tuitea y comprueba si tu vida mejora por ello.
Canción descubierta gracias al Ilusión y onetwo
1 Comentario Follow
eh! interesante que la chica del video traiga una chaqueta militar con bandera española ¬¬
AÑADIR COMENTARIO »